Sobre mi ...
Mi Camino hacia la Sanación Familiar y Personal
Desde que era muy joven, mi vida ha estado marcada por experiencias profundamente desafiantes, pero que a su vez me ofrecieron algunas de las lecciones más valiosas que jamás habría imaginado. Mi entorno familiar fue un lugar donde el miedo, la culpa y la falta de armonía nos fueron desgastando poco a poco. Crecí viendo cómo estas dinámicas creaban separación, carencias emocionales, y una repetida sensación de desvalorización.
Uno de los primeros momentos que marcó mi historia ocurrió a los 13 años, cuando tomé la decisión de ayudar económicamente a mi familia emprendiendo mi propio negocio. A esa edad, pensaba que los problemas se resolverían si simplemente había más dinero. Pero pronto entendí que los conflictos familiares tenían raíces mucho más profundas que lo económico. Faltaba amor propio, orientación sabia, y un espacio donde pudiéramos sanar juntos como familia.
Llegó otra etapa crucial a los 18 años, cuando me enfrenté no solo a la pérdida de seres queridos, sino también al descubrimiento de mi propia sexualidad y al romanticismo. En ese momento, confundí el amor con la ilusión de la materia y me encontré desfragmentada, buscando en el exterior algo que solo podía hallar dentro de mí. Este periodo me enseñó que muchas veces buscamos fuera lo que debemos cultivar primero internamente: autoestima, amor propio y una conexión profunda con nuestro ser, a esto yo llamo el verdadero empoderamiento de un ser.
A mis 26 años, una nueva vida me aguardaba en un país extranjero, sola y llena de incertidumbres. Fue entonces cuando aprendí lo poderoso que es confiar en uno mismo. Conocí a mi pareja, quien ya tenía dos hijos, lo que me introdujo en un nuevo tipo de desafío: formar una familia sobre una base ya existente.
Con el paso del tiempo, comencé a notar que estábamos cayendo en patrones familiares disfuncionales; aquellos mismos que habían marcado mi infancia. Los intentos fallidos de mantener la relación sana me hicieron comprender que cuando las heridas emocionales no se sanan, tienden a repetirse. Después de diez años juntos, decidimos casarnos, pero en lugar de traer claridad, esto provocó una crisis interna en mí. Me di cuenta de que algo muy profundo estaba mal, y lo peor era que no podía culpar a nadie. Ahí comenzó mi verdadero proceso de sanación.
¿Cuándo una Relación Deja de Ser Sana?
A lo largo de mi historia, llegué a entender que una relación comienza a ser tóxica cuando cada persona empieza a perderse en ella. Cuando los miedos, las culpas y las expectativas insatisfechas se transforman en cargas insostenibles, y cuando en lugar de compartir y crecer juntos, solo sumamos dolor e incomprensión. Esto no solo afecta a la pareja, sino que, lo más difícil, es ver cómo impacta a los hijos. Los niños, aunque no siempre lo aparenten, perciben y absorben las energías de sus padres. Y lo que más les afecta son las dinámicas no resueltas, los silencios incómodos, y las conversaciones no dichas.
En mi caso, los patrones nocivos se seguían repitiendo hasta que me detuve a observar honestamente mi propio rol dentro de la relación. Decidí tomar responsabilidad de mis emociones, de mis reacciones, y empecé un camino de verdadera transformación personal.
La Importancia de Detenerse y Sanar
Después de años de búsqueda y aprendizaje, entendí que sanar no ocurre de la noche a la mañana, ni con solo cambiar las circunstancias externas. Es un proceso consciente de mirar hacia adentro, de confrontar nuestras sombras y asumir nuestro poder personal.
Es esencial aprender a poner límites, a comunicarnos desde el respeto mutuo y a sanar las heridas individuales antes de tratar de sanar una relación. Muchas veces, evitamos estas confrontaciones difíciles con nosotros mismos o con nuestra pareja, lo que lleva, inevitablemente, a relaciones fallidas.
Hoy, después de más de 20 años de experiencia en terapias holísticas y trabajo corporal, ofrezco un espacio donde las personas puedan reconectar consigo mismas y reestablecer el equilibrio perdido. Creo firmemente que es posible transformar aquello que nos duele y encontrar nuevas formas de relacionarnos desde el amor, el respeto y la comprensión. Porque, al final del día, lo que necesitamos no es más control o perfección, sino más autenticidad y sanación real.
Reflexión Final: ¿Qué es Realmente Útil y Beneficioso Para Ti y Los Tuyos?
Si sientes que tu relación ha llegado a un punto donde sientes que pierdes el control, que tus esfuerzos ya no generan resultados y que todo parece repetirse una y otra vez, es hora de detenerte. Te invito a un espacio donde puedas reflexionar sobre tu rol dentro de la relación, donde puedas explorar tus propios patrones y descubrir cómo, sanarte a ti mismo/a, puedes mejorar no solo tu relación de pareja, sino también el bienestar de tus hijos.
Tomarse el tiempo para sanar no es solo un acto de amor propio, es un regalo que les das a quienes te rodean. La paz comienza contigo, y de ahí se refleja en todo lo que hagas y en todos los que amas.